EL ASCENSO DE RUSIA EN EL NUEVO ORDEN GEOPOLÍTICO MUNDIAL
Abstract
Después de la desintegración de la Unión Soviética en 1991, parecía que Rusia había encontrado una tendencia general de orientación a nivel internacional. Sin embargo, esto resultó una ilusión: aún no estaba decidido finalmente que dirección tomaría Rusia.
El primer choque de estas concepciones superficiales e incluso candorosas, era el suponer la llegada masiva de inversión extranjera, una vez iniciada la restauración capitalista, otro punto de confrontación entre las expectativas que tenía oposición liberal y la realidad, fue el monto de la ayuda económica de los organismos financieros internacionales que en la práctica ha sido recibida en mucho menores cantidades que la esperada. Incluso sobre los montos anunciados, se ha recibido a cuentagotas, sólo una parte de esta cantidad. Un tercer punto conflictivo consiste en que el nuevo gobierno no consideró que su ingreso al mundo capitalista se condicionó a la calidad de su tecnología y al monto de su capital, por estos parámetros Rusia no ingresó al Club de los ricos y desarrollados sino más bien engrosó las filas de la periferia capitalista.
Así, el choque de las anteriores concepciones con la realidad postsoviética quitó al nuevo gobierno la certeza de un cambio estructural rápido y de una exitosa inclusión al mundo desarrollado.
El modelo a considerar ahora es el de las naciones asiáticas de la Cuenca del Pacífico, que basaron su actual desarrollo e inserción en el mercado mundial a partir del apoyo gubernamental y sin la ayuda occidental, como Corea del Sur, Japón y naciones en vías de ese mismo proceso: China y la India.
Así , la actuación internacional de Rusia, ya en 1993 comenzó a inclinarse hacia dicha postura y se establecieron por lo tanto, contactos con estos países, con el fin de desarrollar la economía. Desde el punto de vista estratégico, las relaciones bilaterales con dichos países constituyen además, un balance entre la política exterior occidental y oriental de Rusia, lo que le ha permitido a Rusia un papel influyente en la región de Eurasia.